No al acoso!!!

No al acoso!!!

Todos los padres pensamos que para nuestros hijos el colegio debería ser el lugar donde los niños se encuentren siempre seguros y felices, pero en muchas ocasiones ocurre todo lo contrario.  Por desgracia no es tan inusual escuchar noticias en las que el bullying está presente. En estos casos los menores sufren durante un tiempo prolongado vejaciones tanto verbales como psicológicas. Es importante estar pendientes de las señales que nuestros descendientes nos mandan.

 

Los pasados días escuchamos atónitos el fallecimiento de una niña de 13 años que sufría acoso escolar.  La menor había pedido el traslado del centro donde estudiaba ya que algunos compañeros la llamaban “gorda y fea”. En principio, para una persona con buenos recursos y con una autoestima adecuada estos comentarios no son lo suficientemente potentes como para causar heridas. No es así cuando el menor tiene alguna dificultad para defenderse adecuadamente. Cualquier comentario sumado a sentirse acomplejada, tener insuficiente  habilidad y gestión de las emociones, dificultades en habilidad social y por la misma etapa evolutiva que están pasando, hace que cualquier indicio se convierta en un espiral en la que los adolescentes no ven salida.

 

Como he comentado, el acoso no es algo que aparezca en el menor, instantes antes de comunicar sus ganas de terminar con su vida sino que en la mayoría de los casos es permanente en el tiempo. Es muy probable que no solo hayan sentido rechazo en los últimos meses ni por las mismas personas, es habitual que el niño que es blanco de acoso, burlas o comentarios ya haya padecido en otros contextos. Es de gran importancia saber identificar las señales que nuestros hijos, alumnos y amigos nos mandan.

 

Es acoso cuando en el comportamiento del agresor hay un desequilibrio de poder (fuerza física, información confidencial que perjudica directamente a la víctima y popularidad del agresor) sumado a una repetición temporal. El acoso incluye amenazas, ataques físicos o verbales y exclusión del grupo.

 

Aislamiento social, marginación, los maltratadores intentan bloquear a las víctimas a nivel social. En muchas ocasiones hay maltrato físico y psicológico expresando falta de respeto hacia la víctima o desprecio, ridiculización. Todo esto es permanente en el tiempo y no solo se limita a producir el acoso en el ámbito escolar sino que puede haber persecuciones o intimidación en otros entornos como por ejemplo actividades extraescolares o fin de semana.

 

Manipulación social (no dejando a la víctima incluirse en otro circulo social), coacción, exclusión social, intimidación, también son algunos de los reveses que los menores acosados sufren.

 

Señales que nos dicen que un menor sufre acoso:

Es importante estar alerta a las diferentes señales que nos pueden mandar nuestros seres más cercanos ya que una rápida actuación menguara las posibles secuelas posteriores. Hay que tener en cuenta y no auto culparse porque no siempre nuestros chavales nos mandan estas señales.

 

El absentismo escolar, el descenso del rendimiento académico, los problemas de concentración y la apatía y el cansancio son algunos de los síntomas habituales. A nivel somático, dolores de cabeza, sensación de mal estar o dolor de estómago. Mala autoestima en general. Aparición de miedos inexplicables, nerviosismo o estrés. Visible disminución de relaciones entre iguales, el menor tiene muy pocos o ningún compañero de clase, no habla de la jornada escolar, no le apetece hacer ninguna extraescolar, los fines de semana los pasa en casa. Aparece en casa con algún moratón o lesión que no sabe explicar cómo se la ha hecho, la ropa o libros en mal estado.

 

Consecuencias de sufrir acoso escolar

Rasgos de los niños acosados: por lo general  estos niños tienen secuelas. Es muy importante trabajar psicológicamente para que aprendan a gestionar adecuadamente todo lo que les ha pasado y sepan que no tiene por qué pasarles otra vez. En muchas ocasiones lo que les decimos a los pacientes que han sufrido bullyng es que ellos tienen una herida que no está bien cicatrizada y nuestro trabajo con ellos es curar esa herida y dejar que cicatrice correctamente.

Es habitual que sufran síntomas depresivos, autoestima baja, autovaloración negativa, por ello han de aprender de los hechos ocurridos. Suelen tener mucho miedo a coincidir con los acosadores, a enfrentarse a nuevas situaciones e incluso evalúan a sus igualas dándoles una valoración negativa. Importante la atención psicológica con estos niños, hay que hacerlos VALIENTES y sobre todo han de entender que no todos los compañeros son iguales al acosador.

Consejos a todos los papis: estar pendientes de lo que nos expresen los niños, pasar tiempo con ellos, es mejor una hora de calidad que toda una tarde juntos sin hacernos caso. Aprovechar momentos con nuestros pequeños.

Importancia de hablar sobre temas relacionados con el acoso, si los menores están familiarizados con sus premisas les será más fácil reconocer situaciones vividas en su entorno. Hay que normalizarlo para que no lo crean cómo un tabú. Así en el momento en que se vean intimidados no dudaran en contarlo.

 

Aspectos importantes: denunciar, avisar al centro del acoso y trabajar con la víctima del acoso. Si el centro no toma medidas, ir más allá.

El teléfono contra el acoso escolar 900 018 018 del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte ya está funcionando desde el pasado mes de Noviembre. Es gratuito, confidencial, no deja rastro en la factura y está operativo las 24 horas del día, los 365 días del año.

Siempre acudir a un psicólogo ya que el niño será dotado de recursos tanto para prevenir como para canalizar las secuelas.

MªCarmen Martín Pérez

                                                                                                Nº. Col. CV12393