¿CÓMO NOS AFECTA EL CALOR?

¿Cómo me afecta el calor?

¿Cómo me afecta el calor?

Llega el calorcito, el verano, las vacaciones y ese tiempo en familia que a más de uno nos va a llevar de cabeza.

Es cierto que a muchos nos encanta esta estación del año, porque alarga el día, salimos más, hacemos muchas actividades placenteras y hace un calorcito muy apetecible que encima nos ayuda a ponernos morenitos, En definitiva, el calor y el sol nos llenan de buen humor y energía, y eso hace que nuestro estado de ánimo sea más amable, que estemos más receptivos con los demás, más agradables… Es sabido por todos que las temperaturas cálidas y las horas de sol, disminuyen los niveles de ansiedad y aumentan el pensamiento positivo; pero, ¿Cuál es la otra cara del verano? ¿Cómo nos afecta ese calor extremo como el que estamos sufriendo estos días?

Numerosos estudios demuestran que el calor intenso afecta de forma negativa a nuestro estado de ánimo. Nos volvemos más irritables, es decir, nos alteramos con mayor facilidad por cualquier circunstancia, nos molesta que nos hablen, que nos digan, que nos toquen, nos molesta todo en general y nada en particular. Entramos en ese estado de           “¡ Hoy no me aguanto ni yo! ” y los demás comienzan a sufrir las consecuencias. Aumentan las discusiones familiares, las rupturas de pareja, ya no sabemos dónde meter a los niños para que se estén quietos y nuestra paciencia se resiente. Porque el sol, además de aportar vitamina D, es un potente excitante, ello explica los constantes cambios de humor que experimentamos, la impaciencia y el negativismo.

El calor extremo aumenta nuestra agresividad, generando más conflictos y enfrentamientos, y de repente, nos vemos discutiendo con otro conductor por una plaza de aparcamiento que hemos visto nosotros primero, llegando casi a las manos, y nos preguntamos porqué nos hemos alterado de esa manera, pues sí, el calor tiene la culpa, bueno, quizás no del todo, pero favorece ese comportamiento agresivo que me impide dialogar con el otro.

Afecta también a las horas de sueño, dormimos menos y peor, lo cual hace que no descansemos lo suficiente y nos levantemos sin la energía necesaria para funcionar día a día, y ya empezamos la mañana con un excesivo cansancio y de mal humor. Esto también afecta a nuestra atención, impidiéndonos concentrarnos en el trabajo o en nuestras tareas diarias.

¿Qué podemos hacer para combatir el calor y no convertirnos en sus víctimas, sino en sus aliados?

 

  • Bebe al menos dos litros de agua al día.
  • Evita las comidas copiosas, algo ligero hará tu digestión más fácil y no te sentirás tan pesado.
  • Recurre a las frutas y verduras siempre que puedas, aportan el agua y las vitaminas que necesitas para no perder la energía.
  • Reduce la actividad física en horas punta.
  • Evita exponerte al sol de forma directa, sobre todo entre las 12´00 y las 16’00 horas. Y siempre con protección.
  • Si tienes alguna fiesta acuérdate de beber alcohol con moderación.

 

Además de estos consejos, no culpes al calor de todos tus males, y párate y piensa antes de actuar. Seguro que tienes otros recursos para gestionar las sensaciones y pensamientos que te produce el calor del verano, y ya sabes! Si no los tienes… habrá que ponerse en marcha a ello. El verano es para disfrutarlo, y no para estresarse y agobiarse, piensa que son tus vacaciones y que hay que buscar momentos de relax y aprender a disfrutar de la familia y de los amigos. Es buen momento para dedicar a nuestros hijos ese tiempo que no le dedicamos en invierno, y pasar ratos de ocio y diversión juntos.

 

Si aún así no lo consigues, nosotras estaremos encantadas de ayudarte desde nuestro centro de psicología, porque te mereces ser feliz…también en verano.

 

 

 

Carmen Adam González

Psicóloga