Estimular es incitar y motivar a los niños a interesarse por todo aquello que les rodea para que puedan aprender a relacionarse con más y mejores habilidades, para que día a día los niños se vayan haciendo más independientes y autónomos. Estimulando a los niños se desarrollan áreas tan importantes como la comunicación, las relaciones sociales con adultos y con otros niños, el área emocional o la instauración de pautas de conducta.
Estimular no es hacer una tarea mecánica y repetitiva hasta que lo aprenda de memoria. Ni tratar de que el niño aprenda a la fuerza o frustrarnos si vemos que no aprende.
La estimulación temprana de los niños es más eficaz porque entonces su cerebro tiene mayor plasticidad, es decir, es más moldeable. Por eso se establecen conexiones entre las neuronas con más facilidad, rapidez y eficacia. . Es cuando más plásticos y flexibles son por lo que se convierte en la base de todos los posteriores aprendizajes. En estas primeras edades se desarrollan y maduran las capacidades fundamentales y prioritarias: área del lenguaje, sensorial, física, psicológica…
Estimular es sencillo pero se necesitan dosis de paciencia, tiempo y ganas de querer disfrutar de una niñez ya muy lejana y casi olvidada. Enseñando y motivando al niño en todas sus potencialidades estamos enseñando a ser personas más autónomas, libres y sobre todo más felices.
Enseñar a los niños es aprender de ellos a saber disfrutar de aquellas cosas que en el mundo adulto carecen de sentido por cotidianas o monótonas y a recordar que educar también puede llegar a ser motivo de muchas alegrías, todas las que nos dan nuestros hijos cuando les vemos crecer con una sonrisa en su rostros.
- Características de una estimulación adecuada.
*Sistemática. Si es posible, siempre es mejor estimular un poco de tiempo todos los días que un solo día mucho tiempo. Diez minutos bien empleados son muy útiles tanto para los padres como para los hijos. Es adecuado ser regulares.
*Cantidad. Es importante tener cuidado con el déficit y el exceso de estimulación. Una estimulación deficiente puede hacer que los niños aprendan más lentamente o que pierdan interés y entusiasmo por múltiples actividades. Un exceso de estimulación puede hacer que los niños se aburran o se pueda acelerar su maduración olvidando que los niños nunca deben dejar de hacer y ser lo que son: niños. Muy importante dejar al niño con ganas de más. Les atrae lo rápido, llamativo…como un truco de magia que te deja sorprendido y con ganas de ver mas.
*Lúdica. No es adecuado forzar al niño, ni tratar de estimularlo si el niño se aburre o está cansado. Debe ser divertido, desde su mundo, transmitirlo con entusiasmo y que el niño vea dedicación exclusiva. Es esencial adecuar el tipo de interacción al mundo del niño. Siempre es el adulto quien debe adecuarse al mundo del niño y no al revés. Para ello hay que adecuar el vocabulario a la edad y los conocimientos del niño, los temas de diálogo, el tiempo dedicado a la televisión y la elección de los programas, el conocimiento de los juguetes más adecuados para cada edad y sobre todo dejarse llevar por la forma de experimentar y ver el mundo de los niños.
*Variada. Se debe estimular en todas las áreas. Es importante estimular muy diferentes áreas y de muy diferentes modos. Por ejemplo, podemos estimular todos y cada uno de los sentidos utilizando mil y un juegos que les haga ir conociendo y controlando más y mejor sus capacidades. Por ello, la estimulación puede ser auditiva, visual, táctil… A los niños les encanta tocar y ser tocados, les llama mucho la atención todos los contrastes de tamaño, color o forma, lo que hay que aprovechar como motivación para su aprendizaje.
- El juego del niño es muy motor.
- Utilizar todos los canales para que la información sea recibida. Sobre todo, el visual.
- Utilizar todos los sentidos.
- Estimulación lúdica. Divertido: lo novedoso, lo que no esperan, lo llamativo, de gran o pequeño tamaño, todo lo extremo, los colores y su contraste, no es necesario juguetes caros y complejos, la música…
- Buscar y tener en cuenta variables como el día, la hora del día, el período vacacional, cómo están sentados, cuántos son…
- Captar su atención no es difícil con el tono de la voz. Lo difícil es mantenerla ya que les cuesta estar atendiendo mucho tiempo a lo mismo. Por ello, variar de actividad es adecuado conforme son más pequeños.
- Lenguaje muy claro, con muchos cambios de voz…