Tecnicas del perfeccionismo

Estrategias para trabajar el perfeccionismo, la exigencia y el aprendizaje de delegar.

Replantear expectativas poco realistas:

  • Antes de comenzar una tarea, pregúntate: “¿Qué sería suficiente y no perfecto?”
  • Ajusta el nivel de exigencia a la importancia real de la actividad. No todas las tareas requieren el mismo nivel de detalle.
  • Reconoce que “hecho” puede ser mejor que “perfecto”.

Practicar la autocompasión:

  • Habla contigo mismo con el mismo tono que usarías con una persona querida.
  • Sustituye frases como “tengo que hacerlo perfecto” por “estoy haciendo lo mejor que puedo hoy”.
  • Recuerda que equivocarse forma parte del aprendizaje, no del fracaso.

Identificar creencias de fondo:

Preguntas útiles:

  • “¿Qué creo que pasa si no lo hago perfecto?”
  • “¿De dónde aprendí que debía exigirme tanto?”
  • Comprender estas creencias ayuda a reducir su impacto en el día a día.

Entrenar la flexibilidad:

  • Haz pequeñas variaciones en tus rutinas (por ejemplo, dejar una tarea “solo correcta” a propósito).
  • Observa que las consecuencias suelen ser menores de lo que imaginas.
  • Usa la escala del 1 al 10 para evaluar cuánto control necesitas realmente en cada situación.

Aprender a delegar de forma progresiva:

Delegar no es perder control, sino compartir responsabilidad.

Para entrenarlo:

  • Elige tareas de bajo riesgo para comenzar (ej. pedir a alguien que gestione una tarea simple).
  • Comunica claramente lo que necesitas, pero evita dar instrucciones excesivamente detalladas.
  • Acepta que la otra persona puede hacerlo de forma diferente sin que eso signifique “mal”.
  • Evalúa el resultado final, no el proceso.

Diferenciar entre lo importante y lo urgente:

  • Haz listas breves priorizando lo esencial.
  • Pregunta: “¿Esto necesita mi intervención, o podría hacerlo otra persona?”
  • Esto ayuda a delegar sin culpas.

Celebrar los pequeños avances:

  • Reconoce conscientemente cuando logras soltar un poco la exigencia o delegar en alguien.
  • Refuerza la idea de que la productividad no depende del perfeccionismo, sino del equilibrio.

Trabajar la confianza interpersonal:

  • Entrena la idea de que confiar es un proceso gradual.
  • Observa cómo, al permitir a otros participar, disminuye tu carga y mejora la colaboración.

Técnicas de regulación emocional:

La exigencia suele aumentar cuando hay estrés.

Para reducirlo:

  • Respiración diafragmática 4–4–6.
  • Pequeñas pausas durante el día para reconectar contigo.
  • Mindfulness centrado en la aceptación.

Revisar logros reales:

  • Haz un registro semanal de lo que sí has conseguido, no solo de lo pendiente.
  • Esto ayuda a equilibrar la autoexigencia y reconocer tu esfuerzo.